Los hay que creen que en algún lugar de la vasta oscuridad del espacio, a unos 15.000 millones de kilómetros del sol, el primer ser humano está a punto de cruzar la frontera de nuestro Sistema Solar hacia el espacio interestelar. Su cuerpo, perfectamente conservado, está congelado a -270ºC. Su pequeña cápsula ha estado alejándose silenciosamente de la Tierra a 29.000km/h durante los últimos 45 años. Es el cosmonauta perdido original; cuyo cohete ascendió y, en lugar de descender después, simplemente siguió su rumbo.
Es lo último en leyendas sobre la Guerra Fría: que en el origen de la Era espacial, a finales de la década de los 50 y durante los 60, la Unión Soviética tenía dos programas espaciales; uno público y otro “negro” en el cual se llevaban a cabo misiones mucho más arriesgadas e incluso suicidas. Se daba por hecho que las operaciones negras de Rusia, si es que existían, permanecerían en secreto para siempre.
Lost in Space es un artículo que recopila varias de las historias sobre los cosmonautas perdidos en el espacio durante los primeros años de la carrera espacial. El hilo conductor es la historia de Achille y Giovanni Judica-Cordiglia, dos hermanos italianos cuyo particular hobbie era interceptar las retransmisiones de radio de los cohetes soviéticos. Los hermanos afirman haber sido capaces de registrar en más de una ocasión los últimos momentos de los cosmonautas soviéticos que murieron en misiones fallidas.
“Entra… Entra… Entra… ¡Escucha! ¡Entra! ¡Háblame! ¡Tengo calor! ¡Tengo calor! ¡Entra! ¿Qué? ¿45? ¿Qué? ¿50? Sí. Sí, sí, respirando. Oxígeno, oxígeno… Tengo calor. ¿No es esto peligroso?”
Hoy se sabe que los hermanos estaban siendo vigilados por la KGB. Probablemente su salto a la fama tras aparecer en el concurso Fiera dei Sogni, donde ganaron la oportunidad de conocer la NASA, les salvó la vida. Casi medio siglo después, en un contexto completamente distinto, el agente de la KGB encargado de los hermanos accede a ser entrevistado desde el anonimato.
“Había que encargarse de ellos – tal vez un accidente – pero luego pasó lo de aquel programa de televisión y se hicieron famosos. Eso les salvó la vida. Yo me alegré; eran buenos chicos.”
Escalofriantes son también las declaraciones de Mikhail Rudenko, ingeniero aeroespacial retirado, en las cuales habla de las misiones suicidas emprendidas por tres cosmonautas entre 1957 y 1959, que simplemente fueron lanzados al espacio sin nada que les posibilitase regresar a la atmósfera.
La mayoría de estas declaraciones sobre los oscuros inicios de la carrera espacial no se encuentran respaldadas por ninguna prueba. No obstante, es famosa la habilidad con la que la Unión Soviética ha ocultado la existencia de ciertos hechos o personas, simplemente borrándolos de la historia. Aunque pueda recordar al inefable caso de Ivan Istochnikov, la historia del cosmonauta Grigoriy Nelyubov – miembro original de los Sochi Six que fue “borrado” – es el perfecto ejemplo.
Por supuesto, también han aparecido miradas de escepticismo al respecto. El ingeniero y periodista Jim Oberg, famoso escéptico de teorías de conspiración, ha redactado dos interesantes artículos en los cuales expone los motivos por los que no cree en la historia de los hermanos Judica-Cordiglia, basándose en la falta de evidencia y en algunos datos incoherentes. Se pueden leer aquí y aquí (PDF, 116KB y 48KB).
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