El 27 de Enero de 1.961 un submarino de propulsión diesel S-80 ruso se desvaneció sin dejar rastro en las proximidades de la península de Kola. El hermetismo de las autoridades rusas hizo que no se conozcan muchos detalles sobre este trágico accidente. Siete años después el submarino fue rescatado de las profundidades marinas junto con toda su tripulación.
El submarino se localizó a unos cien metros de profundidad medio hundido en el lecho del mar. Rodeadas del mayor secretismo comenzaron de inmediato las costosas tareas de rescate, que lograron arrancar la nave del fondo y sin sacarla a la superficie fue remolcada por un buque hasta un lugar secreto, presumiblemente hasta una base militar rusa, para ser inspeccionado y determinar las causas de su hundimiento.
Dentro del submarino siniestrado se hallaron los restos de los 68 miembros de la tripulación. Se pudo comprobar que los marineros habían sobrevivido algunos días después del accidente, puesto que habían acabado con todos los alimentos, antes de morir asfixiados por la falta de oxígeno.
La investigación del accidente concluyó que éste se había producido a causa de una inundación provocada por el fallo de una válvula de retención defectuosa en el esnórkel. Probablemente la acumulación de hielo en la válvula inutilizó el sistema de cierre hermético de la nave provocando la inundación y el posterior hundimiento del submarino.
Esperemos que los sistemas de seguridad en los submarinos hayan mejorado despues de ese muy lamentable accidente.